Turismo regenerativo: la alternativa que puede devolver su dignidad a comunidades y entornos naturales
- Lorena A.R.
- 10 jul
- 8 Min. de lectura
Cada verano nos encontramos con las mismas imágenes: ciudades colapsadas, playas masificadas, pueblos con recursos limitados repletos de turistas, habitantes desplazados y espacios naturales degradados.
Un turismo que parecía un derecho y una actividad de descanso se convierte en una experiencia de consumo acelerado, donde la foto rápida pesa más que el silencio del entorno y donde la presencia turística desplaza la vida local.
En los últimos días, la noticia del crecimiento de la llamada turismofobia vuelve a los titulares.
Asociaciones del sector denuncian ataques y agresiones hacia turistas en diferentes destinos europeos, desde pintadas en muros hasta manifestaciones explícitas que piden “que se vayan”.
Pintadas contra turistas, ataques a autocares en Barcelona o manifestaciones en Canarias y Baleares. Pero ¿es realmente odio al turista o un grito de auxilio ante un modelo turístico que precariza, gentrifica y degrada los entornos naturales y sociales?
Para mí es un síntoma claro de un problema estructural profundo que no se resolverá con campañas de marketing.

¿Qué está pasando en realidad?
En las últimas décadas, el turismo se ha convertido en una industria global que desplaza poblaciones locales, destruye hábitats, gentrifica barrios y aumenta la desigualdad.
Las consecuencias:
✅Masificación: espacios naturales y urbanos colapsados cada verano.
✅Gentrificación: subida de alquileres y expulsión de población local.
✅Deshumanización: visitantes tratados como carteras andantes, no como personas.
✅Pérdida de biodiversidad: pisoteo de dunas, basura en playas y ríos, erosión de senderos.
¿Y la turismofobia?
La turismofobia no surge de la nada.
Es la respuesta social a un modelo de crecimiento sin límites que prioriza la rentabilidad inmediata frente a la vida digna de las personas y la salud de los territorios.
Aunque se le ponga un nombre mediático, el descontento social no nace del odio a los visitantes en sí. Surge cuando la vida se vuelve insostenible para quienes siempre han habitado esos lugares.
✅El precio de la vivienda se dispara por el alquiler vacacional.
✅Los pequeños comercios se orientan solo a souvenirs y pierden clientela local.
✅Los trabajos que genera el turismo son estacionales, mal pagados y extenuantes.
✅El transporte público se colapsa en verano, mientras los habitantes de esas zonas continúan yendo a trabajar.
✅Los espacios naturales se degradan y contaminan y se sobreexplotan recursos limitados como el agua.
✅Y lo más grave: los derechos de la población local quedan relegados a un segundo plano frente al “derecho al ocio” de quienes viajan.
Esto no solo sucede en ciudades históricas como Barcelona, Venecia o Dubrovnik. También afecta a espacios naturales y rurales.
Bosques, lagos, playas vírgenes o montañas promocionadas como “el paraíso cercano” se llenan de coches, basura, visitantes y actividades invasivas que dañan el ecosistema y expulsan a la población que vive de esos mismos recursos.
Hemos visto San Fermín anegado de basura, el agua de los puertos llenos de plástico, espacios naturales obligados a establecer cita previa, piscinas fluviales donde no hay nadie de la comunidad en la que se localiza, edificios convertidos en pisos vacacionales y negocios cerrados.
La gran pregunta es: ¿Qué alternativas reales existen?
¿Qué es el turismo regenerativo?
El turismo regenerativo va más allá de “no dañar” o “minimizar impactos”. Su objetivo es mejorar los lugares que visitamos y devolver más de lo que tomamos. Se inspira en la agricultura regenerativa, que regenera suelos y ecosistemas en lugar de explotarlos hasta agotarlos.
En palabras de la académica Anna Pollock, pionera en este enfoque, se trata de:
“Cambiar la mentalidad de los viajes, pasando de la extracción a la reciprocidad y la relación.”
Si bien el turismo sostenible se ha convertido en un término de uso generalizado: seamos cívicos, no gastemos demasiados recursos locales...
A menudo se reduce a pequeños gestos: eliminar plásticos de un hotel, proponer rutas de senderismo con menos impacto o fomentar el reciclaje entre visitantes. Todo ello es positivo, solo faltaría, pero ya vemos que es insuficiente.
El turismo regenerativo, sin embargo, da un paso más: no se trata solo de no dañar, sino de mejorar el lugar y las comunidades que se visitan. ¿Cómo?
✅Restaurando ecosistemas degradados.
✅Potenciando la economía local con empleos dignos y comercio justo.
✅Transmitiendo conocimiento y respeto por la cultura y el territorio.
✅Regenerando la biodiversidad mediante actividades turísticas que contribuyan directamente a la conservación.
✅Generando un impacto neto positivo, en vez de simplemente compensar el daño.
Ejemplos de turismo regenerativo
Existen ejemplos de turismo regenerativo que todas conocemos, pero para que tengan éxito, necesitan que se produzca un cambio de concepto del ocio vacacional, un cambio de paradigma que está ligado al consumo consciente y responsable y que no solo depende del turista, que también, pero sobre todo, de la visión que tengan las empresas turísticas de los paquetes vacacionales que ofrecen.
✅ Estancias que incluyan programas de reforestación o conservación de especies autóctonas, donde la experiencia turística financie directamente el trabajo ambiental.
✅Visitantes que participen en actividades agrícolas o ganaderas regenerativas, aprendiendo técnicas respetuosas con la tierra y apoyando proyectos locales.
✅Experiencias diseñadas por las comunidades, donde se comparten saberes y se proteja la identidad cultural frente a la folklorización.
✅ Alojamientos turísticos que restauran el suelo y la biodiversidad de su entorno, crean agua potable, generan más energía de la que consumen y forman a su equipo en liderazgo regenerativo.
Son solo algunos ejemplos de sostenibilidad, pero para ello es importante tener claros los objetivos y los valores que promueven la empresa.
Turismo regenerativo: ejemplos de un modelo diferente
Si quieres conocer modelos de turismo regenerativo que funcionan, aquí te dejo tres ejemplos super interesantes:
Open Eyes Project (India) Turismo regenerativo y social, con viajes que financian proyectos de desarrollo y respetan profundamente la cultura local.
The Long Run (global) Red de alojamientos y destinos comprometidos con el cuidado de la Tierra, la cultura y la comunidad.
Regenerative Travel (global) Plataforma de hoteles y experiencias con criterios regenerativos, desde la economía circular hasta la regeneración de corales.
El futuro del turismo: ¿qué papel juega la comunicación?
Si queremos que el turismo sea una fuerza de regeneración, necesitamos una comunicación valiente que:
✅ Cuestione el modelo actual
✅ Genere conversación y no solo ventas
✅ Inspire desde el ejemplo, no desde la culpa
✅ Sea profundamente humana y relacional
Para ello debemos empezar por replantear la narrativa con la que nos comunicamos.
No se trata de que, de repente, tengas que cambiar todo tu modelo de negocio, pero sí es importante fijar un punto de evolución y desarrollo en tu brújula empresarial.
Revisar tus valores, tus servicios, la forma en que los llevas a cabo y en cómo los comunicas, porque si no el modelo de consumo no cambia.
Piensa que puede ser interesante escribir para tu web un manifiesto de marca que oriente a las visitantes a saber qué pueden esperar de tu proyecto.
Aquí tienes algunas ideas para empezar.
1. Cambia el enfoque de “consumo” a “conexión”
El turismo masivo vende experiencias rápidas y estandarizadas: “Visita cinco ciudades en tres días” o “Descubre los 10 mejores spots para Instagram”.
La comunicación orientada a la regeneración de espacios, pone el acento en la relación con el lugar y la comunidad: aprender, escuchar, aportar y dejar un legado positivo, si es posible, mejor de como lo encontraste.
✅ "Conoce la tierra que te acoge, contribuye a su cuidado y llévate algo más que un recuerdo: una historia que transforme tu forma de ver el mundo.”
2. Usa un lenguaje honesto
Evita términos como “paraíso escondido” o “virgen e inexplorado”, porque siempre hay alguien que ya vive allí, sean humanos o animales, no entras en un terreno inexplorado, ya pertenece a alguien que lo vive y lo trabaja día a día.
Es difícil no caer en ello, lo sé, porque genera sensación de exclusividad, pero ya estamos viendo que también es peligroso para las comunidades y los ecosistemas.
Piensa que ese tipo de términos, promueven la apropiación y la sobreexposición de lugares delicados.
En su lugar, utiliza descripciones precisas que incluyan datos sobre biodiversidad, cultura y límites de capacidad de carga.
✅“Este valle alberga más de 250 especies de flora. Las visitas están limitadas a grupos reducidos para proteger su biodiversidad. Reserva con antelación.”
3. Visibiliza a las comunidades locales como protagonistas
No presentes a la población como figurantes, como meros actores de un destino turístico.
Destaca su papel activo como anfitrionas, guías y protectoras de su territorio. Valida su voz y sus derechos en tus textos, fotos y videos.
✅“Araceli aprendió de su abuela los usos de las plantas medicinales de su tierra. Hoy te abre las puertas de su casa para compartir su conocimiento, mientras contribuyes a preservar esta tradición.”
4. Habla de límites, no de infinitud
El turismo regenerativo reconoce la capacidad de carga y los límites biofísicos, culturales y sociales de un destino. Informa con claridad sobre temporadas, aforos, restricciones y necesidades reales.
✅“Para proteger este ecosistema, las visitas se limitan a 50 personas por semana. Gracias a tu respeto, contribuimos a la regeneración de la flora nativa.”
5. Educa en lugar de prometer exclusividad
Evita la venta de experiencias como productos de lujo o exclusividad sobre un territorio.
Hace poco veía un reel sobre una laguna en Tenerife, cuya biodiversidad es tan grande que los animales que viven en ella no pueden vivir en otro sitio. Un espacio protegido que se puede ver pero no tocar y un turista decidió que quería bañarse en sus aguas turquesa y se metió en el agua.
Como experiencia exclusiva es impresionante, pero el daño provocado es superior.
Por ello, educa en corresponsabilidad, respeto y reciprocidad. La verdadera riqueza está en la relación equilibrada con el lugar.
✅“Ven a aprender cómo las técnicas agrícolas regenerativas pueden alimentar a la comunidad y regenerar el suelo. Tu estancia financia la formación de nuevas agricultoras locales.”
6. Integra la justicia social en tu comunicación
No te centres solo en el impacto ambiental.
Como vemos en las protestas que están teniendo lugar, el turismo regenerativo también aborda la desigualdad, el empleo digno, la igualdad de género y la soberanía alimentaria, entre otros aspectos.
Comunica estos valores de forma transversal en tu web, redes sociales y propuestas de viaje.
Turismofobia: síntoma de un modelo que no funciona
Volviendo al inicio, el aumento de actos hostiles hacia turistas es la consecuencia visible de un modelo que genera expulsión y deshumanización.
Un ejemplo reciente es Venecia, que implementa tasas de entrada para frenar la masificación y restringe la llegada de cruceros.
Sin embargo, muchas voces locales señalan que estas medidas no abordan la raíz del problema: la dependencia económica de un modelo extractivista que no respeta la vida cotidiana de su gente.
Lo mismo ocurre en espacios naturales donde las visitas masivas degradan el ecosistema hasta un punto de no retorno, afectando actividades tradicionales como la agricultura, la recolección o la ganadería.
¿Es posible un turismo sin impacto?
Todo desplazamiento humano genera impacto. Sin embargo, la diferencia radica en si ese impacto es negativo, neutral o positivo.
El turismo regenerativo no busca ocultar su huella, sino redirigirla para generar bienestar en las comunidades y entornos que la reciben.
✅ Preguntas que cualquier proyecto turístico debería hacerse:
¿Quién se beneficia realmente de esta actividad?
¿Contribuye a mejorar la biodiversidad y la calidad de vida local?
¿Genera empleos dignos y no precarizados?
¿Fortalece la identidad cultural y el conocimiento ancestral?
¿Cómo puedo medir su impacto real y mejorarlo continuamente?
Hacia un turismo que cuide la vida
Lo que está claro es que no necesitamos más turistas, necesitamos mejores formas de viajar.
Formas que devuelvan a los lugares su dignidad, que respeten sus tiempos y silencios, y que aseguren que quienes viven allí puedan seguir haciéndolo con calidad de vida y justicia.
Aunque seguro que hay opiniones para todo, el turismo regenerativo no es una moda, es un cambio de paradigma que exige revisar privilegios, formas de consumo y maneras de comunicar.
Si trabajas en turismo o en comunicación, la invitación es clara: no vendas destinos, crea relaciones de cuidado y aprendizaje mutuo.
Si deseas repensar la comunicación de tu proyecto turístico con un enfoque regenerativo y humano, escríbeme. Te ayudo a crear textos que cuiden la vida y transformen la forma de viajar
Comentarios