5 Modelos de Consumo y Claves para Crecer y Ser sostenible
- Lorena A.R.
- 30 jul
- 10 Min. de lectura
El modelo de consumo lineal “extraer-producir-usar-desechar” ya no es viable.
Hace tiempo que los modelos empresariales cooperativos, aquellos centrados en la economía circular, sin animo de lucro, que distribuyen ecuánimemente beneficios y reinvierten en innovación y regeneración, la reducción del consumo o el consumo consciente por parte de las personas consumidoras, etc., nos muestra el camino a seguir.
Solo falta que los grandes magnates suelten, por principios, si es que los tienen, por necesidad o porque se vean obligados, el poder y el dinero que tanto tiempo han ido acumulando y apuesten por la justicia social ¿Es posible?
Según mi experiencia y mi forma de ver el mundo que habitamos, cada persona debe de hacer su parte, independientemente de las decisiones ajenas, cada decisión particular, cuenta.
Piensa que para practicar nuevos modelos de consumo adaptados a nuestro siglo, no solo es importante el “qué” y el "por qué", sino también el “cómo”.
No todo vale y sinceramente, me gusta dormir con la conciencia tranquila.

Leyes para el desarrollo sostenible y mientras tanto... decisiones conscientes
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 de la ONU insta a asegurar patrones de consumo y producción sostenibles para frenar la sobreexplotación, la contaminación y las brechas sociales.
Pero dado que los procesos se dilatan, las grandes empresas solicitan moratorias y algunas ni siquiera están a la altura de lo que las personas consumidoras exigimos, que es el "cómo" van a conseguir ser sostenibles, la mayoría de las acciones más inmediatas, quedan en manos de nuevas o pequeñas y medianas empresas con vocación ética.
Y también en manos de las personas consumidoras que, con cada una de nuestras acciones definimos el futuro de nuestra gran casa. ¡Sí que cuenta! Si una empresa no cumple con los valores éticos y ecológicos, no compres, porque lo que no quieras para ti, no lo quieras tampoco para los demás.
El objetivo principal de las empresas que nacen con una visión de sostenibilidad radica, además, en capacitar a las personas consumidoras para responder positivamente a dicha misión, garantizando un círculo ético de innovación, rentabilidad y sostenibilidad.
Somos nosotras, quienes debemos repensar cómo creamos, diseñamos, producimos, adquirimos y utilizamos bienes y servicios, sin perder de vista criterios ambientales, sociales y económicos en cada decisión.
Y por ello en este post te propongo 5 modelos de consumo inspiradores, con varios casos prácticos y algunas pautas de comunicación ética para que empresas y consumidoras avancen hacia una sostenibilidad real y compartida. ¿Me acompañas al presente?

2. ¿Qué entendemos por sostenibilidad?
No debiera de existir una sostenibilidad mejor de otra, porque no es algo subjetivo, pero existe ¿Qué le vamos a hacer?
La sostenibilidad real implica operar dentro de los límites de nuestro planeta, garantizando la justicia social y la equidad intergeneracional, más allá de meras certificaciones que a veces no son lo que dicen ser, o campañas de marketing verde sin fondo.
El concepto de triple balance (People | Planet | Profit) reclama a las organizaciones que deben considerar simultáneamente el bienestar humano, la salud del ecosistema y la viabilidad económica, sin sacrificar una en favor de otra.
Para lograrlo, es necesario medir impactos reales. No solo la huella de carbono o la huella hídrica o incluso la calidad de vida de sus trabajadoras, sino cómo se llega a esos objetivos de forma ética sin pasar por encima de la naturaleza o adaptar la realidad a sus necesidades porque escapa a la legalidad o por desconocimiento.
La trazabilidad es fundamental y por ello, someterse a auditorías independientes que validen los avances y señalen áreas de mejora es imperativo. Si no hay nada que ocultar no hay nada que esconder.
3. El consumo tradicional y sus consecuencias
Aquí ya no hablamos de nada nuevo, todas sabemos hacia dónde nos dirige, el consumo que las empresas, en pro de sus beneficios económicos nos han impulsado a perseguir: la acumulación y el sobreconsumo sin sentido crítico.
La actual ley de consumo sostenible, por ejemplo, garantiza nuestro derecho a reparar, porque nunca antes habíamos sido tan conscientes de a dónde iban a parar los objetos, envases y ropa que desechamos.
El modelo de consumo dominante actual es lineal y promueve la obsolescencia programada, diseñando productos con vidas cortas y ciclos rápidos de renovación theclimatechangereview.com.
Esta ley busca transformar los hábitos de consumo hacia prácticas más responsables con el medio ambiente y la sociedad.
Entre sus principales medidas, destaca la prohibición de publicidad de vuelos cortos, combustibles fósiles y vehículos que solo usen estos últimos, así como la lucha contra la obsolescencia programada y el "greenwashing" de las empresas.
A estas alturas ya somos conscientes, y si no es porque no queremos ver, de que esta estrategia genera enormes volúmenes de residuos: electrónicos, plásticos y textiles
Y que además conlleva la extracción masiva de materias primas, la degradación de ecosistemas y la contaminación del aire, agua y suelo.
Y las personas consumidoras vivimos en una espiral consumista de la que es difícil salir, aunque no imposible.
La urgencia por poseer siempre lo último provoca un impacto psicológico negativo: estudios asocian el hiperconsumo con mayores niveles de estrés y menor satisfacción vital.
Sin embargo, afortunadamente, las empresas y las personas que formamos parte de la resistencia cultural a este paradigma también está creciendo, dando pie a modelos alternativos que anteponen la durabilidad, la reparación y la cooperación.
2. Nuevos modelos de consumo que marcan la diferencia
Cuando decidimos no consumir un determinado producto, mis hijos suelen preguntarme ¿Pero es que no te gusta? ¿Es que no lo quieres? ¿A que estaría genial?
Y sí, me gusta, lo quiero, estaría genial, pero probablemente no lo necesito, va en contra de mis valores o prefiero esperar a encontrar una alternativa más sostenible.
No siempre lo consigo, pero me gusta consumir intentarlo y consumir, al menos, de manera consciente, sabiendo que mis decisiones tienen consecuencias.
Aunque ahora no lo entiendan, es prioritario educar con mi ejemplo, porque ese mundo que yo creo con mis modelos de consumo es en el que ellos van a vivir. Y en mi emprendimiento empresarial, no podía ser menos.
Explorar nuevos modelos de producción y consumo, con enfoques que ofrecen vías concretas para la sostenibilidad es lo que necesitamos ¿Hablamos de algunos? ¿Se te ocurren otros? Es el momento de imaginar el mundo y la sociedad en la que nos gustaría vivir.
2.1 Consumo colaborativo
Este modelo colaborativo fomenta un modelo de sociedad que hemos ido abandonando. Compartir, alquilar o suscribirse a bienes y servicios en lugar de poseerlos puede devolvernos a una sociedad menos individualista. ¿Estamos preparados?
Karkarcar (Iruñea, Navarra) - Se trata de una cooperativa de carsharing eléctrico, que permite a los socios reservar y usar un Renault eléctrico mediante una app móvil, ideal para sustituir un coche privado por uno compartido sostenible.
Goiener (Ordizia, Gipuzkoa) - Es un cooperativa ejemplar fundada en 2012 en Euskal Herria que ofrece electricidad 100 % renovable y promueve la creación de Comunidades Energéticas Locales (CER). Más de 18 000 socios y 23 comunidades activas promovidas hasta ahora.
2.2 Consumo de proximidad
Apoyar a productores locales reduce emisiones de transporte, fortalece economías regionales y garantiza trazabilidad.
El Mercado del Ensanche de Pamplona (Pamplona, Navarra)destaca por su modelo “kilómetro 0”: verduras que llegan en menos de diez minutos desde la huerta hasta el puesto, y una red de 45 comercios que promueven la venta directa El País.
Iniciativas como la campaña “De aquí, para ti / Hemengoa, zuretzako” suman ya 97 productores adheridos, con apoyo institucional y ayudas económicas para canales cortos de comercialización Noticias de Navarra.
Minimil (Lasarte-Oria, Gipuzkoa) es una marca de moda artesanal, reconocida en 2024 con la Medalla al Mérito Ciudadano como ejemplo de moda sostenible y suficiente cadenaser.com. Gestionada por mujeres, produce ropa local, de alta calidad y duradera, con diseño atemporal y filosofía de “hacer lo justo y necesario”.
Kidekoop (Bilbao La Vieja, Bizkaia) - Cooperativa de consumo agroecológico fundada en 2014 por personas del barrio con el objetivo de promover circuitos muy cortos de comercio local, alimentación responsable y comercio justo sin intermediarios.
2.3 Consumo responsable
Informarse, leer etiquetas, comparar impactos y priorizar la calidad sobre la cantidad son prácticas claves.
La bibliografía académica ofrece marcos teóricos para entender y fomentar este comportamiento, como la revisión sistemática sobre consumo sostenible que identifica barreras y palancas de cambio.
Elegir marcas con compromisos verificables y ciclos de vida transparentes minimiza el greenwashing y empodera a las personas consumidoras.
Xumuxu es una colaboración con la UPV/EHU y Yon Mikel Janariak. Juntos han desarrollado un modelo industrial de platos preparados envasados en packaging compostable o biodegradable, eliminando el plástico convencional. Se busca presentar comidas precocinadas sin envases contaminantes, con una vida útil de hasta 14 días garantizada EHU.
Este modelo industrial permite fabricar, envasar y distribuir productos alimentarios listos para consumo con packaging minimalista y compostable, evitando completamente plástico de un solo uso.
Ekomodo, es una marca que utiliza plástico PET reciclado para fabricar accesorios de diseño y sostenibles y favorecer la economía circular.
Josenea Bio – Parque de la Economía Circular (Lumbier) , es una finca ecológica que produce plantas medicinales, compostaje, bioconstrucción y venta de productos locales. Un demostrador práctico de lo que se puede lograr con 20 años de economía circular Navarra.es.
2.4 Reutilización y segunda mano
La reutilización de productos en buen estado, es algo a lo que tenemos que aspirar como sociedad. La vida útil de los productos que fabricamos es superior en la mayoría de los casos al tiempo que se necesitan. Lo que para unos es basura, para otros puede ser un tesoro, una nueva oportunidad.
Se generan menos residuos y los productos pueden ser más económicos.
Ele Vintage (Donostia, Gipuzkoa) es una boutique de moda de segunda mano de lujo, con prendas seleccionadas de grandes marcas, autenticadas y vendidas con descuentos de hasta el 70 %. Un ejemplo consolidado de moda circular y reutilización consciente en Euskadi cadenaser.com.
BiziEskola (Bilbao) es un taller participativo de bicicletas, gestionado por ecomovilidad en Bilbao. Las bicicletas usadas se reacondicionan por mecánicos voluntarios y se venden a precios muy económicos. El taller también recoge bicicletas en desuso y reutiliza los componentes defectuosos (para piezas o reciclaje), promoviendo economía circular, reutilización y movilidad sostenible.
Txoriak Shop (Irun), tienda de segunda mano con prendas cuidadosamente seleccionadas, estilo boutique y trato cercano.
2.5 Minimalismo y suficiencia
Reducir las necesidades al mínimo imprescindible cuestiona la lógica del “tener más”.
El minimalismo no solo aligera espacios, sino que disminuye la demanda de recursos: investigaciones destacan sus beneficios ambientales y psicológicos (más satisfacción, menos estrés).
Adoptar este enfoque exige un cambio de mentalidad: valorar experiencias por encima de posesiones y redimensionar las expectativas de consumo.
Cuarto de Kilo (Vitoria‑Gasteiz, Álava) es una tienda de barrio creada por María Ruiz y Oihana López en el barrio de Judimendi donde ofrecen alimentos secos (legumbres, arroces, frutos secos) y productos de limpieza y cosmética sólidos o a granel. El modelo se basa en comprar solo lo estrictamente necesario, trayendo envases reutilizables o usando los de la tienda, eliminando por completo el plástico de un solo uso. La filosofía es “slow shopping”: consumir solo lo necesario y evitar residuos.
Elikagunea (Azpeitia, Gipuzkoa) Una cooperativa de alimentación que opera en espacio municipal y es gestionada por 400 familias socias. Solo comercializan productos de Euskal Herria (mínimo 50 % de materia prima local) y abastecen comedores escolares, catering local, y tiendas de barrio. Su foco es fortalecer la autosuficiencia alimentaria territorial.El Salto
Lakuakolore / huertos colectivos de Gasteiz (Vitoria‑Gasteiz, Álava) es un proyecto de huertos urbanos ecológicos gestionados por Ecocultural Ekoburuz, con parcelas urbanas de 80 m² destinadas al cultivo directo por los vecinos. Actividad comunitaria basada en autosuficiencia alimentaria urbana, educación y cultivo.
Esnetik (Orozko, Bizkaia), es una cooperativa basada en principios de soberanía alimentaria que reúne a ganaderos locales para producir productos lácteos (queso, yogures…) distribuidos directamente al consumidor. Basan su modelo en evitar la mercantilización global, dignificar el trabajo agrario y asegurar consumo local. Produce autosuficiencia alimentaria desde el sector ganadero.economiasolidaria.org
3. La importancia de una comunicación ética y coherente
Evitar falsear credenciales verdes es uno de los retos actuales para mantener la confianza.
Una comunicación responsable debe basarse en datos verificables, referencias a auditorías independientes y compromisos públicamente documentados.
El lenguaje debe ser claro, evitando términos vagos y enfatizando resultados medibles.
Además, es recomendable educar al público sin culpabilizar, explicando causas y soluciones y fomentando la participación activa de las comunidades.
4. ¿Cómo pueden las marcas y proyectos integrarlo de verdad?
Para incorporar estos modelos de forma auténtica, las organizaciones pueden, de manera progresiva:
Medir el impacto real con métricas como análisis de ciclo de vida o huella de carbono. Fairphone publica datos sobre reducción de residuos electrónicos y emisiones evitadas gracias a su diseño modular y cinco años de soporte Fairphone.
Transparencia: Compartir tanto éxitos como desafíos en informes accesibles para facilitar su transparencia. Patagonia destina el 1 % de sus ventas a ONG ambientales desde 2002 y publica cada año su B Corp Report, donde detalla contribuciones y áreas de mejora patagonia.com.
Servicios postventa fuertes: ofrecer reparaciones gratuitas, garantías extendidas o programas de devolución. Vitsœ ofrece planificación personalizada, reparaciones sin coste y repuestos de por vida, alentando a su comunidad a comprar menos y alargar la vida de sus muebles vitsoe.com.
Colaboraciones estratégicas: aliarse con ONG, certificadoras y otras empresas para cerrar ciclos de materiales. Swapfiets colabora con Vittoria2Go en “tyres as a service” para acercarse a la circularidad total sustainability.swapfiets.com.
Retroalimentación continua: escuchar a la comunidad de personas usuarias, ajustar productos y procesos, e incorporar sus sugerencias para mejorar la sostenibilidad y la experiencia de uso.
Transformar los hábitos de consumo requiere combinar modelos alternativos, compromisos dentro de la organización y una comunicación honesta.
Porque el cambio debe ser colectivo, entre consumidoras, empresas y gobiernos debemos avanzar juntas, apoyándonos en datos concretos, ejemplos inspiradores y valores compartidos.
La sostenibilidad auténtica no es un destino, sino un camino de mejora continua que construye un futuro más equitativo y próspero para todas.
5. Transformando el modelo empresarial y empoderando a las consumidoras
Si tienes dudas sobre cómo empezar confía en tu comunidad, dile lo que quieres hacer y solicita su participación.
Podrás iniciar proyectos controlados, por ejemplo, una línea de producto circular, lo que te permitirá identificar y corregir sobrecostes antes de implementarlo en toda la empresa.
Piensa también que dentro de este paradigma y de nuevos modelos de negocio, puede ser interesante establecer alianzas estratégicas, colaborar con proveedores, startups y certificadoras, etc. de cara a repartir inversiones iniciales o materiales innovadores que reduzcan costes unitarios.
Algo fundamental, ya más centrado en el ámbito de la comunicación, es que se centre en beneficios tangibles.
Enfatizar el ahorro económico (por ejemplo, menor coste de mantenimiento), la durabilidad y la calidad superior de los nuevos productos, evitando mensajes puramente emocionales.
Compartir casos reales de personas que ya disfrutan de sus ventajas (testimonios, estudios de caso) para generar confianza y reducir la percepción de riesgo.
Y dentro de un programa de fidelización, por ejemplo, ofrecer descuentos por devolución de productos para su reparación o reciclaje, puntos canjeables por servicios postventa y recompensas por recomendar a nuevas personas consumidoras.
Como parte de una comunicación ética debe de basarse en la formación, siempre es interesante organizar talleres presenciales o virtuales, crear guías descargables y usar apps interactivas para enseñar principios de economía circular y consumo responsable, fomentando la participación activa de la comunidad.
¿Te interesa adaptar tu empresa a este modelo ético y sostenible?
Como copywriter especializada en comunicación ética y sostenible, puedo ayudarte a rediseñar tu mensaje y analizar tu propuesta para una coherencia real de tu empresa y tus valores, con impacto positivo en tu comunidad.
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